La importancia de trasmitir el mensaje de manera adecuada.
Noviembre 10 de 2017
El Sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un
sabio para que interpretase su sueño:
"¡Qué desgracia, Mi Señor! Cada diente caído representa la pérdida de un pariente
de Vuestra Majestad", dijo el sabio.
"¡Qué insolencia! ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
¡Que le den cien latigazos!", gritó el Sultán enfurecido.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Éste, después
de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
"¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que
sobrevivirás a todos vuestros parientes".
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien
monedas de oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: "¡No es posible! La
interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo
por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
*El segundo sabio respondió: "Amigo mío, todo depende de la forma en que se dice. Uno de los
grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicación depende,
muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. La verdad puede compararse con
una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la
envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada
con agrado".*