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Los diferentes hogares que tendré durante mi vida

Noviembre 21 de 2017

 

Una linda señora, al ver a sus hijos jugando un partido con sus nietos y bisnietos, sonríe mientras me cuenta los especiales momentos que han vivido en sus bellos hogares, donde siempre trabajó  duro para que lo principal fuera el amor.

Con un par de lágrimas de alegría me describe cómo ha sido esta evolución de su vida; duplicada luego en sus hijos y ahora avanzando en sus nietos.

Se ríe  al recordarse que la misma historia que hoy me cuenta le fue contada por su abuela, cuando ella frustrada le decía que creía que la vida estaba más cara que nunca y que con esta economía nunca llegaría  a darle a sus hijos la calidad de vida que a ella le dieron sus padres.

Su risa, es una risa amorosa y comprensiva, ya que entiende que lo que hoy me preocupa es una muestra de verdadero amor familiar: un deseo de dar a mi familia unos hogares tan inolvidables como me han dado mis padres.

Para tranquilizarme me cuenta la siguiente historia, la cual les traslado confiando que a ustedes les genere tanto bien como lo ha hecho con mi familia. Ya que la historia de esta dama es la misma historia de nuestros antecesores que todos estamos destinados a repetir.

En un inicio eran una pareja de enamorados solo interesados en despertar cada día con su ser amado y donde el presupuesto limitado de dos apuestos jóvenes, no les limitaría sus sueños de amor; sin importar que esto significará sacrificar muchos lujo que disfrutaban viviendo con sus padres.

Fruto del amor en esta pareja la familia va creciendo y con esto la necesidad de un nuevo nido de amor cada vez más grande. El arduo trabajo de esta bella pareja les ayudaba a poder ir creciendo su nido, aunque el tiempo que demanda el nuevo integrante de la familia limita la capacidad de tiempo disponible de la pareja para producir ingre

sos.

El ingenio la necesidad y el deseo ayuda a nuestros valientes padres a salir victoriosos de nuevo en este nuevo reto, donde sacrificarán con amor la cercanía a sus trabajos con tal de lograr ampliar el espacio físico que su nueva familia requiere; sin salirse de su nuevo presupuesto limitado.

Esta nueva etapa de amor y enamoramiento de este nuevo ser que lleva sus apellidos les motiva a trabajar arduamente para cubrir los gastos de educación, alimentación, cuidados médicos, dentales y muchos más que necesita cualquier ser especial.

Luego de años de dedicación por amor llega la época de fiesta de estas criaturas que nos orgullece llamar hijos y nos vienen nuevas preocupaciones como: los accidentes o las malas parejas, que todos sufrimos y nuestros antecesores también. En esta etapa generalmente un hogar mas amplio nos hace compañía. Buscamos dar la privacidad que nuestros hijos necesitan y  hacerles entender a sus enamorados que en nuestros hogares encontrarán seres dignos de ser tratados como realeza, en la etapa de su enamoramiento y en el momento en que seguramente ya no estaremos para cuidarlos.

Esta linda dama muestra una verdadera tristeza en su mirada al describir la última mudanza que realiza, que los mercadólogos fríamente nombran Nido Vacío: ese momento en que nuestros retoños se van de la casa para vivir su propia historia de amor en la familia que criarán. Cuando dejarán  a sus padres en un ambiente extrañamente silencioso donde se extrañarán hasta los reclamos y peleas de esta nueva generación que hemos visto crecer.  Etapa donde necesitamos regresar a un nido de amor para no sentirnos solos en una vivienda tan grande. Un nuevo hogar donde deseamos evitar las gradas pero siempre tener el espacio más importante listo para esperar la añorada visita de nuestros hijos, nietos y demás familia.

Con un poco de nostalgia termino esta historia de amor.

Nostalgia de saber que algún día llegará el momento de dejar ir a este retoño de amor pero lo combino con un gran agradecimiento a esta estimada señora por dejarme comprender que parte de la belleza de la vida es entender la evolución que irán teniendo nuestros hogares. Este nuevo conocmiento me ayuda a bajar mi ansiedad de no iniciar dando a mis hijos la casa que mis padres me terminaron dando, ya que les estoy dando una igual a la que estos me comenzaron dando, donde creé lindos recuerdos y felizmente llamé hogar.

Algunas reflexiones simpáticas que me comenta riendo al despedirse:

“En mi primer hogar creí que los 25 años de mi crédito serían eternos.”

“Hasta en mi último hogar realice que todo mi esfuerzo por ir creciendo mi casa, fue mi gran alcancía que hoy me permite cubrir mis costos de vida”

Por lo que concluyo al lector diciendolé:

Feliz evolución de la vida. 

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